martes, 1 de abril de 2008

TERESA PÉREZ PÉREZ

Son las 10 de la noche, bueno algo más. Es igual ¡ Qué más da! Cansada, aburrida, agobiada ... Vaya, ¡ que he tenido un día de perros! La cafetera rota, las cuentas no me cuadran ... pero, ya no le des más vueltas que hoy y mañana, deja de ser olvidado todo, ¡ mujer de Dios!.
Y ahora, ponte cómoda, relájate y cierra la tele que ya comienza a verdear como las llanuras de nuestros campos y este mes viene muy jugoso y divertido. La familia que venga, la abuela, aunque esté un poco sordilla también ¡ qué le hacemos! No tenemos otra. Todos juntos menos el gato, que araña los sillones y tampoco los perritos que se hacen pipí en la alfombra.
Todos a sonreir en familia, que es lo nuestro pues, la sonrisa es la razón de ser y sin ella no podríamos comunicarnos. La alegría rociera, aunque falten las carretas y las mulas; los bueyes y las guitarras y todo el jolgorio santo y bueno.
Este es el mejor rato que le podemos proporcionar a este día, que ya llega a su fín. Y luego, a dormir y que la suave y acogedora almohada cargue con todas sus penas y a descansar de las tareas de todos los días, que se lo merece; porque todos sabemos, algunos con más experiencia que otros, que la vida es un conjunto de detalles, más o menos agradables, que todos puedan tener de tejas para abajo. Y cuando el detalle deje de chirriar en la intimidad, todo se hace insoportable y de verdad que no exagero, porque las palabras son el ADN del alma.

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